Como tantas mañanas estoy en clase de francés. A mi lado una chica china que se pone crema con olor a mandarina. Y de repente me doy cuenta de que nunca me he parado a hablar tranquilamente con un habitante de la China a pesar de que muchos vivan en Madrid. Y entonces le digo que si puedo ver su diccionario. Y empiezo a mirar palabras sueltas. Y le pregunto cómo se dice... a ver que piense algo... Y en ese momento se pone a llover. Y después de ese momento le pido que me traduzca la frase siguiente y la escribo y hago una foto y aquí está:
1 comentario:
¡Qué lenguaje más sintético (como las fibras)! Ahora entiendo porque Ja Hao (un compañero de mi hijo Miguel) está siempre tan contento: su sonrisa seguro que para un chino tienes muchos matices (a mí la sensación que me da es que todo le suda la...).
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