lunes, 30 de noviembre de 2009

Departures

Sin ánimo de desvelar absolutamente nada, recomiendo completamente esta preciosidad, oscarizada mejor película extranjera 2009, que me dejó ayer en el siguiente estado: lágrimas en los ojos (y en las mangas de mi chaqueta), mi corazón en un puño y mi estómago en el otro. Claro, que a ello influyó la decisión que había tomado minutos antes de llegar al cine mientras atravesaba, precisamente, el barrio africano o Matongué. Y tiene mucho que ver con eso. Con departures...

domingo, 29 de noviembre de 2009

Un año más

Mi cámara de fotos, que viaja más que yo, está contoneándose en estos momentos por la Quinta Avenida de Nueva York. Así que aún tengo que esperar un día para ver qué trae dentro de sí y para poder fotografiar el ambiente navideño en este lado del Atlántico.

Un año más los mercadillos, los marchés de Noël, se han hecho con las plazas de Bruselas. El decorado ya está completo: tenderetes de vino caliente, pista de patinaje sobre hielo, coches de caballos que podrían haberse escapado del carrusel timburtiense, luces blancas, antorchas al rojo vivo y nieve ficticia.

Anochece temprano y huelen acogedoras las chimeneas que, como me comentaban hace unos días, parecen estar desordenadas en los tejados. Es como si una mano desde el cielo las hubiera metido en un salero, las hubiera espolvoreado desde arriba, y donde cayeron, allí se han quedado.

Y yo me quedo ahora con la despedida de un locutor de radio extremadamente cariñoso que a las 15 horas concluía su programa con: besos, mimos, carantoñas y achuchones múltiples.

sábado, 28 de noviembre de 2009

La mejor elección

La verdad es que qué suerte tengo, pienso, de haber nacido en un contexto en el que prácticamente puedo elegir qué hacer en cada momento, dónde, cuándo, para qué y por qué.

Lo difícil es tomar una decisión porque cada día, cada instante, está lleno de tentaciones como, por ejemplo, los cereales que voy a comprar para merendar.
Después de una hora mirando la balda del supermercado me he decidido por los que parecían más ricos, con muesli, chocolate y (dentro de una estrella dorada) ¡AHORA CON MÁS MIEL!

Luego en casa, he sacado mi taza favorita, me he puesto la leche y, no sé por qué, me ha venido a la mente aquella frase de mi hermano pequeño que un día mirando su sopa con miedo de sacar la cuchara del plato preguntó: "¿Si saco los fideos se mueren?"

A continuación, mientras saboreaba mis cucharadas, he mirado los dibujos de la caja de muesli. En la parte de detrás aparecían fotos de muchos tipos de cereales, nuevas recetas, cada cual con mejor pinta que la anterior. Y me he dicho que al final los míos eran los peores de toda la gama ofertada.

La próxima vez que baje a la compra seguro que pierdo la tarde entera para ver con cuáles me quedo, y pensaré que me hubiera gustado nacer hace quinientos mil años cuando el hombre (que era muy hombre y un poco mono) no sufría la publicidad engañosa: todos los días comía bayas y cenaba mamut.

White Rabbits

Como siempre, la música me saca del cascarón y hace resurgir la yo que más me gusta de todas. La que está en su salsa bailando entre los arcos de la sala subterránea del Botanique.

Anoche se encargaron de ello unos norteamericanos, los White Rabbits, quienes, al preguntarles más tarde de dónde eran, no me dieron el nombre de su estado o ciudad sino que contestaron directamente "Venimos de Brooklyn". Lo cual me hizo pensar que si yo estuviera a 6000 kilómetros de mi casa y me preguntaran de dónde soy, no creo que dijera con acento chulesco madrileño: soy de Chamberí.

En cualquier caso, enorme la percusión. Dinamita. Buenísima. Voces muy agradables. Y, en general, una sorpresa este plan improvisado de indies-rockeros que aunque acabaron sudando a chorros sus camisas de cuadros (en un lugar donde hacía fresco), nos dejaron con la insistencia de "otraaaaaaaaaa, otraaaaaaa" en los labios.

Añadir que, durante el llamado síndrome del escenario, nos quedamos con la duda de si eran palomas o gavilanes. O, simplemente, conejos blancos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Cuando sobra el abrigo en noviembre (y personas en el mundo)

De repente no hace falta ponerse la chaqueta. El sol nos tuesta en la parrilla; en el muro rojo de la Casa del Té chino. Al mismo tiempo el fotógrafo nos dice: ¡Quietas, no os mováis! Y nos corta la cabeza...
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China registra más penas de muerte al año que el resto de países del mundo juntos (según el informe Condenas a muerte y ejecuciones en 2008 de Amnistía Internacional).

martes, 24 de noviembre de 2009

Tener tiempo

Me comentaba un amigo los beneficios de ir en velero por el simple placer de navegar. Decía yo: A mí el alta mar no me gusta. Me agobia pensar que no hay orilla donde agarrarme en caso de necesidad. Ver nada más que agua me ahoga.
Todo eso pensaba. Todo eran conjeturas porque ese sentimiento solo lo he tenido desde el cielo dentro de un avión.

Mientras hablábamos de las tareas diarias con que puedes llenar las horas en un barquito, además de mantenerlo y guiarlo, me iba convenciendo de que no es tan mala idea eso de ser marinero ocasional. Hacer un paréntesis en la vida para, de repente, tener tiempo. Un montón de tiempo para... No sé. Voy a hacer una lista de paras que me lleve conmigo el día que zarpe.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Excusas

Gracias al francés he podido enterarme esta mañana de un aviso importantísimo. Crucial. De vida o muerte. Hace tanto viento que, por riesgo de desplome de árboles, han aconsejado no pasar (y menos pasear) por los parques. Así que me ha tocado dar un rodeo al que cruzo todas las mañanas y alargar, por tanto, mi camino. Qué buena excusa para justificar un retraso! Es que hacía viento...

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ante la crisis, tijeretazo

Ayer decidí hacer algo que recomiendan llevar a cabo cada varios meses: me corté la melena. Luego la doné a una ONG española porque por lo visto muchos se están quedando calvos por todo lo que les está cayendo encima. Un poquito de corrupción por el centro, otro poco más por la costa, una fuerte dosis de gripe mediática, un paro que justifica la frase de mis paps: Hija, no vuelvas todavía a España, etc, etc, etc. Y digo yo, al menos abridme la frontera en diciembre. Voy a ser tan comedida como los niños. Este año no van a escribir una carta a los Reyes Magos. Van a escribir un post-it.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Me gustas imperfecto

Dos Perus en Bélgica

¿Qué hacen dos Perus en Bélgica?

Merendar gofres con helado

Darme abrazos

Comprar pilas gastadas

Preguntar cómo se abre la puerta del autobús

Pasear mucho y ver escaparates de fuentes de chocolate

Enseñarme que el sol es malo ya que produce mutaciones y, por tanto, personas mutantes

Contarme que los vampiros existen (y mostrarme los colmillos a continuación)

Acabar cajitas de frites y debatir sobre su éxito en Madrid

Hacerse fotos con el cono gigante, entretenerse, perder el tren y no importarles

Escribir gotas-notas

Probar speculoos (¡sí que llevan jengibre!) y engancharse al vicio

Reírse y reírse y reírse y reírme

Y dejar un hueco y mucho silencio en mi habitación. ¿Quién se apunta a llenarlo?

jueves, 5 de noviembre de 2009

Una noche a sangre fría

A veces los sueños pueden parecer realidad o películas basadas en sueños basados en hechos reales. He aquí mi nochecita.
Me encuentro con mi padre en una isla Canaria (no se especifica cuál) huyendo de maleantes. Tengo mucho miedo pero una parte de mí sabe que es solo un sueño; eso me ayuda a tranquilizarme. Nos escondemos en una casa enorme abandonada con madera crujiente como crispis. Está llena de gente. Es muy agobiante porque aunque dicen que no nos van a delatar es imposible confiar en tantos ojos (y tantas bocas que pueden irse de la lengua).
No sé cómo ni por qué, salimos de ahí y seguimos deambulando por el campo donde nos cargamos a dos tipos. Dos hombres malos pero que muy malos. Son forasteros e iban armados.
Tenemos más enfrentamientos y huímos para refugiarnos en un lejano lugar y para cambiar de vida radicalmente. Emprendemos el camino para pararnos... dos horas después: ¿¿Ya?? ¿No nos vamos más lejos?
Llegamos a otra isla muy rocosa (sin pasar ni por encima ni por debajo del agua) donde tenemos una casita al lado de la carretera, algo que no me gusta un pelo. Tiene dos pisos y es moderna y acogedora. Así que, padre e hija, con varias muertes a nuestras espaldas, empezamos una nueva vida. Sin embargo, al llegar he visto en el pueblo demasiadas caras conocidas y me parece que nuestro refugio es una cutrez de escondite.
Supongo que hoy soñaré la segunda parte. Fijo que nos descubren.
(Me da miedo: esta noche no duermo).

domingo, 1 de noviembre de 2009