lunes, 19 de mayo de 2008

Les Schtroumps

S C H T R O U M P S. Nombre impronunciable de estos seres belgas con la colita al aire y dependientes de las setas para poder vivir.

P I T U F O S. Nombre en español de los mismos personajes. No he encontrado ninguna conexión, similitud, relación, equivalencia entre ambos: el pitufo de la derecha sigue buscándola.

El pitufo negro es un embuste de impresión.

viernes, 16 de mayo de 2008

Con un flexo en la pupila



He estado veintitrés minutos viendo cómo se dilataban y contraían mis pupilas.
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Material (sin ser escrupuloso con las marcas):
- Espejo
- Ventana
- Bombilla
- Cámara de fotos
- Ojos
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Procedimiento (tan sencillo como absurdo):
1º Cierra los ojos (sin hacer trampas), ábrelos súbitamente hacia una ventana (por supuesto con las persianas completamente enrolladas) y mírate al espejo.
2º Cierra los ojos, ábrelos dirigiéndolos a una bombilla de 100 w (de las de toda la vida y no de esas de bajo consumo que cuando alcanzan su máxima potencia ya no las necesitas) y luego al espejo.
3º Cierrra los ojos y, como probablemente vislumbren lo que va a ocurrir después, deja que se relajen, que olviden y de nuevo... ¡ábrelos y dispara con tu cámara todos los flashes posibles excepto el especial ojos rojos!
4º Ya está.
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Conclusión personal:
Veintitrés minutos maltratando porque sí a mis pupilas.

jueves, 15 de mayo de 2008

El primer día de playa

El primer día de playa hay que ponerse la pastosísima crema protectora factor 50. Me he embadurnado entera. Hasta el blanco de los ojos (las partes paliduchas son especialmente delicadas).

Desde que he pisado la playa, millones de granos de arena se han adosado a mi piel convirtiéndome en una milanesa muy salada. La arena se ha hecho no solo conmigo sino con mi cuarto entero y con todos los lugares a los que voy. Se aferra al doble fondo de la mochila y a los bolsillos de los pantalones y va cayendo a poquitos, imparable, de forma continua. La toalla, aún habiendo sido lavada y sacudida hasta hacerla moratones, cada vez que me seco con ella me somete a una exfoliación de tercer grado. Igual ocurre con el resto de objetos que se empeñaron en venir. Mascar un chicle, es comer arena. Abrir el libro que también viajó supone excavar una duna. La pantalla de mi móvil está plagada de lunares diminutos; todas las letras tienen diéresis.

Visto que tengo que convivir con toda esta arena voy a utilizarla como materia prima de algo muy provechoso. La voy a meter en un bote hermético de cristal con forma de ocho: un práctico reloj. Tiempo. Valioso tiempo.

miércoles, 14 de mayo de 2008

martes, 13 de mayo de 2008

Equis i

Celebración de la 10º edición de la Feria Medieval

Lugar: distrito bruxelloise número 1040
Temperatura: 22 ºC
Hora: 22 horas
Año: 1040

El curtidor en cueros.
El zapatero a sus zapatos.
El alfarero a sus … ¿alfajores?
El carnicero expone sus mejores piezas.
El trovador deleita a los presentes con su cítara y su melodiosa voz.
La adivinadora con las cartas sobre el tapete, dirigiéndose al brujo dice: le cambio el niño esquimal por la abuela tirolesa.
El gentil juglar, agotado de entretener al pueblo, quitado se ha sus babuchas con punta de cascabel y concéntrase en la empresa de engullir un filetón en su propia grasa (la del filete).
El herrero reposa su jornada y tómase una cerveza que una tabernera voluptuosa le sirve en un cuerno descomunal.


Yo paséome observando el escenario con los ojos abiertos como platos soperos (que así cabe más). Cada vez que exquisitos manjares me presentan, mi aguda nariz acerco lo máximo posible y, con las fuerzas que la naturaleza me ha otorgado, aspiro hasta el infinito. En una de esas méteseme hasta el alma el tufo de unas tripas de gato ahogadas en jengibre. Y como los olores no se pueden escupir (un gran defecto del olfato) pues exteriorizo un gesto de asco e internalizo una bola de nauseas.

De repente aparece un joven del siglo XXI llevando a la práctica una costumbre característica del siglo XI: el pillaje. Sin discreción ninguna agarra un colgante de piedras turquesas y sale huyendo. A cincuenta pies de distancia está el dueño del material: un valeroso escocés con kilt, pecho al aire, melena al viento y músculos prietos. De dos zancadas se dispone a cazar al pillo mientras grita: ¡truhán, el paso detén!

Enseguida intervienen un police y un tipo de la orquesta con traje de capitán de trasatlántico. Alrededor se arremolinan los curiosos entre los que hay unos niños con la cara pintada de Spider Man y comiendo algodón de azúcar rosa y bebiendo coca cola y diciendo qué guay y … ¡Se ha roto el hechizo! Está desapareciendo la Edad Media.
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O eso creemos todos hasta que un instante después suenan trompetas, ondean estandartes y aparecen seis fornidos caballeros protegiendo a su alteza el rey Ricardo Cabezón de Melón quien sentencia: Esta noche no habrá horca, pueden darse por salvados, pero esa vil acción, y de personas modernas aparición, será castigada. Y de un puntapié manda al futuro a los infiltrados y al ladrón.

Pero al verme exclama: ¡Cuál maravilla es encontrar a Mileidi! ¡Cuánto tiempo sin verla! Y yo contesto: Pues sí… toda su vida, majestad. Me acaba de conocer. Él continúa: Te puedes llamar dichosa sobre cuantas hoy viven en la tierra; hacedme placer de veniros conmigo.

Saludos desde el siglo equis i.

martes, 6 de mayo de 2008

¡Por fin me regalan fresas!

Sabes que estás totalmente integrado en tu barrio el día en que el Paki (abierto casi casi 24 horas/día) te regala algo (a mí unas fresas de Huelva) con tu compra. Esto me ha pasado hoy. En realidad no es pakistaní, es indio de la India. Y siempre siempre lleva un turbante de encantador de serpientes a las que hace bailar salsa. Y su mujer, también es india de la India. Y siempre lleva puesto un shari. Y tienen varios hijos indios que nunca van con vaqueros (obvio).

Sabes que estás totalmente integrado en tu vecindad cuando el hijo guapo de los de arriba te pide que le abras el portal y tú bajas en pijama. Esto me pasó el domingo por la mañana mientras estábamos bla bla bla blando apoyadas en la barandilla (medio oxidada y de la que aún cuelga la estrella de papel albal que pusimos en diciembre) y mirando a los transeúntes. Yo estoy con mi pijama largo de ovejitas bajo un sol de toma pan y moja (porque recordaba a la yema de un enorme huevo frito) pensando en aprovechar el día cuando:

Buongiorno principessas, ¿podéis abrirme que se me han olvidado las llaves…?

¡Me lo pido!

Buenos días tenga usted. Mi pijama y yo le damos la bienvenida.

Es muy bonito, me dice.

Muchas gracias, le digo.

A ti,
contesta.

No, no, insisto. Aunque soy bastante cabezota ahora no voy a discutir sobre quien se merece las gracias además de repente me doy cuenta de mi involuntario atrevimiento al llevar la camisa medio desabrochada o medio abrochada (como lo del vaso medio lleno o medio vacío, pero sin vaso y sin agua).

Me meto en la cocina para lo cual hay que pasar por el cuarto de baño con lo que si las dos puertas están abiertas puedes ver lo que se cuece en la olla y en el portal. Pero vamos, que la distribución de mi casa no es nada extraña comparada con lo que te encuentras por aquí. Duchas en la cocina, váter en el descansillo o en la terraza, lavabo en la escalera, etc. Las poquísimas veces que he visto un cuarto de baño completo, con todo junto en una misma habitación y no repartido por el resto de la casa, me quedo mirándolo con la boca abierta... hasta que la cierro.

domingo, 4 de mayo de 2008

Ya lo decía yo...


He encontrado un local en el que apoyan la idea de un Papá Noël fuera de temporada.