No sé si ha sido por dormir poco o por no mojar la tostada en la leche, pero esta mañana yendo a trabajar se me ha olvidado, durante una milésima de momento, dónde se dirigía mi Cercanías, dónde iba yo. Ha sido extrañísimo.
He aprovechado mi despiste para pensar que el lunes mismo haré una maleta polivalente, me meteré en un tren y me dejaré llevar. ¿Destino? Soy poco exigente.
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