¡¡¡¡Ñiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!, zás, zás. Dos portazos de un coche. Voces, insultos y silencio.
Me asomo. En el edificio de enfrente, Muy buenas, señora, hay otra mirona, como yo.
Abajo un poli tira a un hombre negro al suelo. El negro no se mueve. El poli le da con la porra una vez. ¿Por qué lo hace? ¿Por se si le ocurre resisitirse? Le pone las esposas, le levanta y le presiona contra el coche.
Voy a por mi cámara de fotos.
La poli, que viene del local de al lado, abre el polimóvil y sientan al detenido. El poli y la poli entran con él. Arranca el coche.
Enfrente la vecina ya ha cerrado la ventana. Abajo pasa un barquillero y se oye una dulzaina. Luego la calle se vacía y… ya está. Aquí no ha pasado nada.
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