lunes, 19 de septiembre de 2011

Nada en la huevera

Son los últimos supervivientes de un frigorífico prácticamente desierto. Ellos, los huevotes, intoxicados por los tatuajes de un rotulador permanente de tinta pigmentada indeleble resistente a la luz y al agua (¡ohhh crueldad intolerable!)tiritan de frío y miedo porque pronto, demasiado pronto, serán  cascados y descabezados sin piedad. Ese es su sino.


Despedido el trío de calvos, pasaremos a la fase 2 o último recurso. Las siguientes en subir a la encimera de la cocina serán las latas abunqueradas en el armario. Habrá llegado la hecatombe y solo quedará la tristeza de no ver nada en la huevera. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Manda huevos...