domingo, 24 de enero de 2010

Siete

El Café Kafka no está en la Rue de la Vierge Noire número 6, pero ahí envié a mis invitados a mi fiesta de despedida así que la confusión fue la primera sorpresa en la noche de ayer. Hubo otra pega: olvidaron reservar las mesas que pedí, pero solo había un chico para atender a todo el bar así que, comprensión y paciencia.
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¿Y qué más? Un montón de detalles que sentí como galardones tras haber hecho algo bien. Una foto de un viaje a Mons con una diosa. Je Dis Aime, un CD de una persona que es una sorpresa en sí. Un libro llamado Souvenirs de Bruxelles lleno de frases emotivas y cachondas. Una mermelada casera de fresabrosísima. Y un paquete que incluía el vaso de mi cerveza favorita (Duvel), una Moleskine para mi próxima aventura y un beso muy rico.

Y descubrí varias cosas:
Que no se puede hablar con mucha gente en poco tiempo.
Que el 70% de la población prefiere el chocolate con leche y no el negro que compré con 48% mínimo de cacao.
Que si quiero hacer fotos tengo que sacar la cámara del bolso.
Que un abrazo da mucha más energía que un plato de migas extremeñas.

Luego, al llegar a casa abrí una galleta china (que compramos en la semana asiática del Aldi) y me contó que mi destino sería excepcional. No sé qué será, será, pero con que mi futuro se parezca una pizca a mi etapa en esta ciudad… ¡VIVA CHINA!

2 comentarios:

Gab dijo...

¡Qué emocionante!

Anónimo dijo...

Y que futuro nos depara a los que quedan sin ti. Seguro un poco mas triste. Te vas y dejas un vacio muy grande en el corazon de esta ciudad. Cuidate mucho, vale? Seguire leyendote con mucho gusto. diosa