Ha llegado la biblioteca móvil a Flagey. Está destinada a jóvenes y niños, pero el único usuario presente hoy tenía miedo de subir a la camioneta. (Lógico. Esa misma furgo, sin monigotes de colores y con los cristales ahumados, es el prototipo de coche vacío de libros y lleno de intenciones malvadas.) Así que su padre, que desde que llegó a Bélgica le fríeron con la cultura del cómic y acabó cayendo en el vicio, se ha acercado para leerle los títulos en voz alta al chavalín que escuchaba desde fuera apretando la mano de su madre. *
*Los parentescos son pura conjetura. El resto del párrafo, también.
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