miércoles, 20 de enero de 2010

Verdades ocultas y final feliz

Ha llegado el momento de darme de baja de muchos sitios. En primer lugar, del gimnasio.

He tomado la decisión esta tarde cuando he ido a montar en bici estática (mi máquina preferida porque en ella puedo leer, ver TV Brussel, escuchar música, charlar con mi compañero/a de al lado o combinar varias tareas).

En el vestuario, como novedad, habían pegado el siguiente cartel:
Es decir, la chica rubia, con maquillaje impecable y sin cara de agotamiento, me señala, y lanza una pregunta que ella misma responde: ¿Cuáles son sus buenos propósitos para el 2010? ¡Perder hasta dos kilos por semana!

¿Hasta cuándo? ¿Indefinidamente? ¿Hasta hacerme desaparecer? Aquí pretenden... ¿borrarme del mapa? ¡Acabar conmigo! Así es. Lo he comprobado al llegar a casa. Para analizar la imagen he hecho lo que con un texto sería leer entre líneas; la he invertido. Y he descubierto la verdad oculta del anuncio. La misma mujer convertida en un monstruo apuntándome con mirada fija y sonrisa maligna.
Mi propósito, señorita, es desapuntarme de ahí ipso facto: bici con ruedas y aire fresco.

1 comentario:

rodrigo dijo...

XD Funny..