sábado, 23 de enero de 2010

Ocho

Es la segunda vez que voy a un spa y es la segunda vez que siento culpabilidad por derroche de agua especialmente por las duchas que hay que darse entre sauna y sauna. Además, probamos prácticamente todas: la africana, con una escultura de una mujer negra de collar inmenso que me quise llevar; la Black Forest, hecha con bambú; la Herbal, a… ¡70ºC!; la que apodamos infernal, la Finlandesa, cuya temperatura ascendía a 95°C; y los baños romanos inundados de vapor mentolado que le daba a la habitación un aire mágico, misterioso y muy agradable. A la sauna Terracotta no nos permitían pasar por estar reservada a personas con bañador y, una vez descubres la tontería que hizo Eva al morder la manzana, prefieres no renunciar a tu condición de nudista.

Entre todos los jacuzzi, nuestro favorito estaba en la zona Aquarious. Una mitad de la piscina salía al aire libre. Y tenía espuma. Y luces. Y en él nos quedamos cual raviolis cociéndose en agua a punto de ebullición hasta las doce de la noche.

Tras relajarnos (aún más) en los colchones de agua en una zona llamada Machu Pichu, el email con la propuesta de venir a estas termas en Grimbergen con el subjetc picarón Do you like it hot? me pareció el mejor plan del mundo. Este entorno muy hot, con buen olor, plagado de mensajes tipo El silencio es oro, me hizo sentir super woman al capacitarme a salir desnuda al jardín a 6ºC sin pasar nada de frío. También me dejó la piel más limpia y suave que haya tenido jamás. Y es en ese momento cuando la culpabilidad se desvanece y se pierde entre el vapor del hammám.

2 comentarios:

Gab dijo...

Este ocho me parece muy, pero que muy sugerente. Yo tb quierooooooo!!!

Anónimo dijo...

Que guay...!!! Que envidia, sobre todo por poder compartir esa sensualidad, no tiene precio! Te voy a echar de menos... Echar de menos tu capacidad de apreciar las cosas buenas de la vida... Lloro de la pena de que te vayas. diosa