Luego me pedía dejar mi teléfono pero, no gracias, yo estoy servida con el vecinote del edificio de enfrente. Le ha dado por exhibirse todas las noches. Y lo hace con un despliegue de medios que ni Broadway.
Deja la ventana del salón abierta, enciende luces estratégicamente para crear claroscuros, coloca espejos ovalados, pentagonales y de colores, conecta todos los altavoces del home cinema, elige la peli y comienza el espectáculo.
Y así, día tras día, el hombre seguirá intentando llamar la atención hasta que llegue el invierno gélido y se oirá: "¡Tápate desgraciao que te vas a acatarrar!".
1 comentario:
Sin olvidar que luego el vecinito no parará de envíarte mensajitos spam del 4769, en plan, "qué oportunidades tengo contigo leo, enga, que soy un aries cachondo..."
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