miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Miga o corrusco?

Un hombre es arrestado por robar la corteza del pan. "Es que solo me gusta esa parte", explicó.

Aunque podría, no se trata de un titular del recomendado El Mundo Today sino del principio de un relato de Woody Allen, que coincide con mis inicios en el desarrollo de mi moralidad. Pero yo siempre he sido más de miga.

Después de superar esa fase del egoísmo (o amor propio), del yo, yo, yo y todolomejorparamí, tuve que pasar (forzosa e inexplicablemente) a la siguiente etapa que consistía en ceder a mi hermano mi tesoro y quedarme yo con el corrusco de la barra, esa parte rígida, totalmente impermeable a cualquier salsita de guiso y muy desagradable a mi pobre dentadura por la que empezaban a asomar sus primeros brackets.

Y ahora, después de muchas salsas sin mojar (¡uy!), me entero de que llevo toda la vida equivocada. Paso por un escaparate y veo una estantería hasta los topes de libros de autoayuda y libros de luz, bien iluminados para que no pasen desapercibidos, destacando frases como: motivación, superación personal, ¡estima al egoísmo!,...

Esto me recuerda esa sabia frase de Rousseau que dejó a sus colegas ilustrados todo envidiosos y que exclamaron un redondísimo ¡OHHH! con boquita francesa al oirla.

- "El niño no es un hombre ni un animal..."

- Y todos: "¿Qué es? Por tus muertos, ¿qué es?"

- "El niño..." dijo mirando a todos, uno por uno, alargando su sufrimiento: "Es..."

- "¡Dilo ya rusó maldito o te arranco los cataplismas y hago que te los sirvan en el crep con cambembert que te desayunas cada mañané!"

- "El niño es un niño".

- "¡OOOHHH!", dejó escapar la audiencia.

Y siguió (o tal vez no continuó con este párrafo pero reinventar la Historia es así de fácil): "Le acostumbráis a que siempre se deje guiar; a que no sea otra cosa más que una máquina en manos ajenas. Queréis que sea dócil cuando es pequeño y eso es querer que sea crédulo y embaucado cuando sea mayor".

Cuatro siglos después, hoy, pienso que si hubiera sabido leer a los 3 años, me habría ahorrado este aprender a desaprender lo aprendido: compartir, tener en cuenta a los demás, dejarse guiar (a ciegas), etc. "Lo primero eres tú", dicen. ¿Yo? Pues a partir de ahora me pido siempre la miga. Y que me arresten.

3 comentarios:

chous dijo...

Un niño no comprende a un adulto porque nunca ha sido adulto,pero un adulto siempre lleva un niño dentro,me parece que lo dijo antoine saint-exupery(vaya nombrecito,Toño pa ti y pa mi)

Tenochtitlan dijo...

jo, jelen, que no, que llevas toda la vida equivocada, que lo mejor de todo está en el currusco!!!!
Y en cuanto al Toño, no estoy yo muy segura con eso de que todo adulto lleve un niño dentro (es que hay personas que... no, no me imagino con un principito inside (pero yo sí q soy de las que ven un elefante dentro de una boa, que conste) Mua!

Moi dijo...

Respetos a Toñín, yo por ahora prefiero no pensar en niños en mi interior.
Y Tenoch, que a ti te guste el currusco solo tiene un nombre: ¡PERFECTA FUTURA CONVIVENCIA!