sábado, 20 de noviembre de 2010

Distracciones

Entre ñoña y dulce, Julieta Venegas ha desplegado las lengüetas de su acordeón y lo ha hecho media hora más tarde de la hora prevista. Delante de las figuras de Don Quijote y Sancho Panza, hoy, en la Plaza de España, todo se hacía al modo mejicano, sin prisa. Olía a Méjico, sabía a Méjico y sonaba internacional.
El sonido saturadísimo y los micrófonos acoplados le han servido para presentar una de sus canciones en la que los errores, ha disculpado, forman parte de nuestro día a día. Ha hablado de amor, de instantes eternos, de emigrantes, de distracciones (la mía: bajar al concierto). Ha hablado de revolución, no la que acabó con el porfiriato, sino de la que se produce en nuestro interior cuando nos damos cuenta de que algo está demasiado quieto.
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En cualquier caso, el contenido de sus temas no aporta nada que no se haya dicho ya, nada Original (parafraseando una de sus canciones) pero sí lo es el modo de cantarlos. Algunos parecen baladas, otros se acercan al hip hop al más puro estilo Mala Rodíguez y los hay semejantes a nanas con melodías muy agradables al oído que, de vez en cuando, apetecen. Y hoy apetecía escuchar en directo a esta recién estrenada mamá.

1 comentario:

Tenochtitlan dijo...

Menos mal que con limón y sal todo entra mejor... incluidas las chelas micheladas con bordes de chile :-)