Es mi segundo día en Belgrado. Hemos visitado la fortaleza de Kalemegdan desde donde se ve… ¡¡El Amazonas!! No, pero casi. Es el Danubio devorando a otro río casi tan grande como él, el Šabac. Entre medias hay una isla en la que vive una especie de ave única en el mundo. He ido a nado con mi cazamariposas (por lo visto es un pájaro pequeño) y alguna que otra trampa casera. Al llegar a la otra orilla me he puesto a explorar como loca. Mi ambición era traerme a España una pareja que procreara. Pero soy nueva en el tema (en el tema de la caza y la procreación) y no he tenido éxito.
Después de todo un día bajo el calorazo, la noche nos ha llevado a barco con música buenísima. Y más tarde de camino a casa, hemos comprado algo obligado si vas a los Balcanes: burek (algo parecido a la empanada rellena de queso o carne bastante grasienta) y yogurt para beber. Nos lo hemos llevado a un parque y nos lo hemos comido sentados en un banco. Para mí ver césped va unido a sentarme en él. Y no es que esté prohibido pero sentarse en el suelo no es para nada un hábito en estos territorios. Ello quedaría constatado al mirarme raro cuando en Croacia volví a intentarlo sentándome en un jardín que me llamaba. Pequeños detalles o manías de cada uno, supongo.
En ese parque, respirando plantas aromáticas, nos hemos muerto de risa y así de muertos hemos subido al paraíso. Los chicos de detrás han querido unirse y se han puesto a cantar Knock knock knocking on heaven´s door.
Después de todo un día bajo el calorazo, la noche nos ha llevado a barco con música buenísima. Y más tarde de camino a casa, hemos comprado algo obligado si vas a los Balcanes: burek (algo parecido a la empanada rellena de queso o carne bastante grasienta) y yogurt para beber. Nos lo hemos llevado a un parque y nos lo hemos comido sentados en un banco. Para mí ver césped va unido a sentarme en él. Y no es que esté prohibido pero sentarse en el suelo no es para nada un hábito en estos territorios. Ello quedaría constatado al mirarme raro cuando en Croacia volví a intentarlo sentándome en un jardín que me llamaba. Pequeños detalles o manías de cada uno, supongo.
En ese parque, respirando plantas aromáticas, nos hemos muerto de risa y así de muertos hemos subido al paraíso. Los chicos de detrás han querido unirse y se han puesto a cantar Knock knock knocking on heaven´s door.
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