Sin ánimo de desvelar absolutamente nada, recomiendo completamente esta preciosidad, oscarizada mejor película extranjera 2009, que me dejó ayer en el siguiente estado: lágrimas en los ojos (y en las mangas de mi chaqueta), mi corazón en un puño y mi estómago en el otro. Claro, que a ello influyó la decisión que había tomado minutos antes de llegar al cine mientras atravesaba, precisamente, el barrio africano o Matongué. Y tiene mucho que ver con eso. Con departures...
1 comentario:
Puñao, no me estés triste que ahora empieza una etapa nueva, nueva... y aquí se te echa de menos!!
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