Este es el año de la rata y ellos,chinos y chinas, lo celebran en el Soho colgando horteras farolillos rojos y dorados. Así empieza la mayoría de los diez vídeo-reportajes que hice en Londres porque, dicho sea de paso, en lo que a mí respecta lo audiovisual está pisando el terreno de la fotografía. Pero esa era la cara feliz y festiva de la comunidad china porque en su intimidad encontré tremendos problemas causados por un dramático conflicto de intereses. Él quiere ver Humor Amarillo. "Quielo vel Humol Amalillo". Ella, comer aloz con toltilla. No se ponen de acuerdo, se enfandan, discuten y ella se encierra (dando el correspondiente portazo) en el baño a tocar su violín frotando el arco con tanto odio que hace sangar mis oidos. Se acaba el maldito concierto, entro en el WC y me encuentro con el atril metido en la bañera. Enciendo la ducha. Uno a uno, do, re, la y mi bajan por el desagüe hasta que éste se traga por completo esa música infernal. Eso es. Que se vaya a las alcantarillas a rallar a las ratas que, como siempre, están reproduciéndose mientras celebran su año. Año en que conquistarán el mundo. ¡AAAGGGGG! Pongo el tapón y me voy.
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