jueves, 23 de diciembre de 2010

Solsticio malavenido

Después de un comienzo de semana gafazo haciendo el papel de técnica superior de reclamaciones y líder en utilización de frases hechas: "Sí, entiendo su postura pero debe comprender que...", "Lo siento, esas fueron las condiciones acordadas", "Disculpe, no volverá a ocurrir", resulta que sí, que vuelve a pasar, esta vez a través de una llamada de madrugada. Aunque encontramos soluciones de inmediato, me quedo desvelada con los ojos abiertos, ojos de pez, mucho más tiempo del necesario.
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Dormir poco atolondra mis sentidos y por la mañana hago cosas tan absurdas y que sientan tan mal como pisar un adoquín roto con charquito en su interior o subir la cremallera del abrigo y que se atasque a la altura del ombligo justo el día en que comienza el invierno. A los pies-mojados y chaqueta-pecho-al-aire solo falta añadir un café frío (Avería en el termo) para ser el segundo peor día del año.
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Al final, esta confluencia de malas energías la achaco a la luna llena.
- ¿Y qué culpa tendrá...?
- Sí, sí. Algo habrá hecho.

1 comentario:

Andrea dijo...

jaja!justo ayer hablando con mery de la influencia de la luna llena (y el eclipse que hubo en Canarias) en el insomnio que me tuvo desvelada el lunes... Esta luna-lunes-lunera...