Ayer por la noche tarde (tan tarde que ya no era ayer sino hoy) me di cuenta de la importancia del cine in my life. Fue al salir de ver una película que, en español, totalmente desacertado, la han titulado Radio Encubierta. Pierde el doble sentido de su nombre original The Boat that Rocked.
El caso es que pasé un buen rato, escuché buena música (un Cat Stevens entre otros muchos) , formé parte de la tripulación del barco, volví a sentir el nudo en el estómago de estar en la pecera de una radio, me perdí un rato en el Mar del Norte y, como no sé navegar, al acabar el largometraje me fui a la deriva en el espacio y en el tiempo.
Me gustó mucho meterme en otras vidas y salir un rato de la mía, algo que consigue hacer a menudo la gran pantalla.
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