Aunque lo parece, no es otoño sino el resultado de una noche de tormenta eléctrica. Un fenómeno que se produce generalmente en primavera y verano y se manifiesta en forma de rayos, relámpagos y truenos. A menudo viene acompañado de granizo y vientos fuertes, como se pudo comprobar recientísimamente en Madrid.
Desde las ocho de la tarde daba la impresión de que en el cielo estaban de fiestas. Todo eran luces intermitentes: relámpagos que iban de una nube a otra cual pelotas de ping pong. Cuando muchos ya dormíamos, cayó una brutal tromba de agua helada.
Al día siguiente el suelo estaba lleno de hojas. Hojas y trocitos de cristal de las ventanas de los coches. Hojas y palomas muertas… que si han sido buenas irán al cielo. A las fiestas patronales.
Curiosidad: ¿Cómo saber a qué distancia ha caído un rayo? Sólo es necesario contar los segundos entre relámpago y trueno, y dividir este número entre tres. El resultado estará dado en kilómetros. ¿Por qué? Porque la velocidad del sonido en el aire es 300 m/s.
1 comentario:
Elenita!! Qué blog más bonito que tienes! He estado leyendo un poquillo y me encanta.. ¡Prometo seguirte!
Mil besos!
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