Psé. Solo psé. Así ha sido mi paso por Tapapiés, el primer concurso multicultural de la tapa en Lavapiés. Porque cuando el éxito de ciertos festivales supera toda expectativa, no hay sitio para todos y se agotan las existencias por falta de previsión; entuerto que muchas veces uno descubre después de haber aguantado demasiado tiempo de espera. Y siempre es demasiado cuando hay apetito (¡intransigente!) de por medio.
No cabe ni un palillo
La masificación de actividades de ocio que se programan en Madrid, hace que a las 14:30 ya estuviera colgado el cartel de "tapa agotada" en la puerta del Asturiano de la calle Argumosa. A esa hora tampoco les quedaban ya vasos de cañas: ningún problema para los de la mesa 10 que se pasaban a las raciones y seguían la tarde acompañados de varias batallas de sidrina bien escanciada.
Vamos a lo que vamos
Pero muchos visitantes no quieren convertir en normal un día que tenían reservado para la degustación de especialidades. Hoy, comer de menú o de carta, es decir, salirse del circuito trazado, no entraba en sus planes. Por eso, toman las tapas y disfrutan de ellas a pesar de que, para conseguir una mísera silla donde apoyar sus platos, tengan que agazaparse como un león, acechar su presa, afilar las garras y marcar territorio cubriéndola con una chaqueta. Eso o hacerse con una esquina de la barra para dejar, cual temeraria equilibrista, su copa de cristal.
Uno de los bares que no participa en el festival tiene libres casi todas las mesas de su terraza. Nos explica la camarera con cara de sorpresa: Se asoma gente para preguntar si aquí las tapas son a un euro. Les contesto que no, que no cuestan nada y ¡se van! Voy a empezar a cobrarlas...
Hasta el día 30
El que no haya podido acercarse a esta feria, tendrá que esperar al 2012 porque hoy se clausuraba con la publicación de la tapa mejor valorada. En la próxima edición, dentro de doce meses, se incorporarán nuevas recetas, se apuntarán más restaurantes a la lista, y espero que hagan un cálculo acertado de las provisiones necesarias para recibir a todos los taperos o tapapieros que se sumen a la próxima propuesta gastronómica.