Parecía que el movimiento 15- M iba a pasar el testigo a los barrios y que el centro solar iba a recuperar la normalidad del día -1, el 14 de mayo. Pero no. El campamento sigue en pie.
En Lavapiés se celebró la primera asamblea multitudinarísima en la plaza de La Corrala donde a pesar de la preparación de megafonía, apenas se oía a la moderadora y vecinos que utilizaron el micrófono; a pesar de los sombreretes y remedios caseros contra el calor del sábado por la mañana, fue inevitable acabar tirándose el agua por la cabeza; a pesar de existir un orden del día, se pasó muy de puntillas por los puntos establecidos. Los inicios siempre resultan difíciles.
En Lavapiés se celebró la primera asamblea multitudinarísima en la plaza de La Corrala donde a pesar de la preparación de megafonía, apenas se oía a la moderadora y vecinos que utilizaron el micrófono; a pesar de los sombreretes y remedios caseros contra el calor del sábado por la mañana, fue inevitable acabar tirándose el agua por la cabeza; a pesar de existir un orden del día, se pasó muy de puntillas por los puntos establecidos. Los inicios siempre resultan difíciles. Un momento anecdótico: las quejas de una señora que salió al balcón por el ruido que llegaba a su casa y por considerar sumamente inútil lo que se estaba haciendo. 







1 comentario:
Yo, y mis compañeros "barquitos de papel de periódico", siempre fuimos más útiles que los transparentes paraguas-sombrilla de Blancanieves...
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